Esta historia salio en una pequeña Antoligia de mi grupo literario hace casi 3 años ya:
En una época tan lejana la cual se me hace tan difícil de especificar existían dos hermanitos en el confín de un bosque perdido en el final del tiempo quienes Vivian en un mundo como cualquier otro y dentro de ese mundo se resguardaban dentro de otro: su mundo privado, pequeño, un lugar donde ellos podían tomar sus propias desciciones, opinar, refugiarse de los adultos y quedarse despiertos hasta tarde, sus nombres eran Hamael y Abimael, eran el orgullo de su padre quien los trataba con absoluta severidad las pocas veces que tenia tiempo de tratarlos ya que estaba muy ocupado con sus amigos o con su trabajo para atenderlos como es debido, eran el amor de su madre quien los colmaba de regalos cuando tenia la oportunidad de atenderlos pues ella también estaba ocupada muy seguido en las cosas de la vida, así aquellos padres dejaban solos a Hamael junto a su hermano los cuales se refugiaban en su pequeño mundo donde nada ni nadie podía hacerles daño, los ojos de los demás veían que aquellos sufrían en silencio sin decir palabra alguna sobre lo abandonados que se sentían. Así pasaron los días y los años hasta que un intrigante personaje se acerco a la vida de los hermanaos.
Un joven de graciosa sonrisa de nombre Mikael quien exploraba tierras nuevas donde saciar su infinita curiosidad, así encontró a los hermanos quienes al principio lo trataron con ira al ver alguien nuevo amenazar su mundo escondido, mas pronto encontraron en aquel joven un aliado para sus juegos así como este descubrió un par de amigos en su solitario viaje de descubrimiento, los tres compartieron aquel lugar jugando, soñando, riendo, olvidándose del dolor o la desdicha, sin embargo Abimael, el menor de los hermanos, quien se parecía mas a su padre guardaba un oscuro rencor en su interior el cual salía a relucir a veces, cosa que hacia que Mikael se molestara de forma inusual.
Sin embargo su enfado pasaba rápido para volver a esbozar su gentil sonrisa, mas había momentos que notaba que el hermano mayor, Hamael era el mas temeroso de los dos quien trataba de ayudara su hermano menor y de protegerlo, mas Abimael quería actuar siempre como un adulto olvidando ser un niño, es comportamiento extraño de ambos hermanos confundía al gentil muchacho quien se sentía atado a aquellos hermanos ya que con el tiempo los quiso como nunca antes quiso a ningún ser vivo.
Hasta que el padre de los pequeños hermanos poso sus ojos en aquella relación de sus hijos con el extraño viajero.
- ¿Cómo se atreve ese ser inmundo a estar con ustedes? - Reclamaba el padre cuando se
entero que alguien mas fungía de padre en sus prolongadas ausencias.
Aquellos reclamos solían sonar en la cabeza de los pequeños hermanos de este modo: ¨ El es un ladrón, no debería estar cerca de ustedes; no deseo que se relacionen con gente como el ¨, entre otros reclamos. Así poco a poco los pequeños se fueron alejando de Mikael escuchando las palabras de su padre quien se sentía apartado de la vida de sus hijos y también ofendido porque alguien mas tenia la relación que siempre soñó tener para con ellos.
Luego de un tiempo de pelear por conservar aquella amistad Abimael y Hamael se alejaron por descicion propia de Mikael y al amistad que habia entre ellos se perdio por siempre, asi el joven de gentil sonrisa se alejo de aquellos hermanos para continuar explorando nuevos lugares y con su nuevo sentimiento de valor hacia la vida enfrentándola y temiéndola a su vez. Su sonrisa nunca mas se apagaría pues siempre recordara los momentos felices que paso con aquellos niños que aunque no pudieron ser salvados de su propia oscuridad siempre tendrá en su corazón los felices momentos que los tres vivieron juntos. De es modo Abimael y Hamael volvieron a su mundo de escondido de donde rara vez salían pues la oscuridad había tomado posesión de sus corazones gracias a su padre y también a su madre.
Un joven de graciosa sonrisa de nombre Mikael quien exploraba tierras nuevas donde saciar su infinita curiosidad, así encontró a los hermanos quienes al principio lo trataron con ira al ver alguien nuevo amenazar su mundo escondido, mas pronto encontraron en aquel joven un aliado para sus juegos así como este descubrió un par de amigos en su solitario viaje de descubrimiento, los tres compartieron aquel lugar jugando, soñando, riendo, olvidándose del dolor o la desdicha, sin embargo Abimael, el menor de los hermanos, quien se parecía mas a su padre guardaba un oscuro rencor en su interior el cual salía a relucir a veces, cosa que hacia que Mikael se molestara de forma inusual.
Sin embargo su enfado pasaba rápido para volver a esbozar su gentil sonrisa, mas había momentos que notaba que el hermano mayor, Hamael era el mas temeroso de los dos quien trataba de ayudara su hermano menor y de protegerlo, mas Abimael quería actuar siempre como un adulto olvidando ser un niño, es comportamiento extraño de ambos hermanos confundía al gentil muchacho quien se sentía atado a aquellos hermanos ya que con el tiempo los quiso como nunca antes quiso a ningún ser vivo.
Hasta que el padre de los pequeños hermanos poso sus ojos en aquella relación de sus hijos con el extraño viajero.
- ¿Cómo se atreve ese ser inmundo a estar con ustedes? - Reclamaba el padre cuando se
entero que alguien mas fungía de padre en sus prolongadas ausencias.
Aquellos reclamos solían sonar en la cabeza de los pequeños hermanos de este modo: ¨ El es un ladrón, no debería estar cerca de ustedes; no deseo que se relacionen con gente como el ¨, entre otros reclamos. Así poco a poco los pequeños se fueron alejando de Mikael escuchando las palabras de su padre quien se sentía apartado de la vida de sus hijos y también ofendido porque alguien mas tenia la relación que siempre soñó tener para con ellos.
Luego de un tiempo de pelear por conservar aquella amistad Abimael y Hamael se alejaron por descicion propia de Mikael y al amistad que habia entre ellos se perdio por siempre, asi el joven de gentil sonrisa se alejo de aquellos hermanos para continuar explorando nuevos lugares y con su nuevo sentimiento de valor hacia la vida enfrentándola y temiéndola a su vez. Su sonrisa nunca mas se apagaría pues siempre recordara los momentos felices que paso con aquellos niños que aunque no pudieron ser salvados de su propia oscuridad siempre tendrá en su corazón los felices momentos que los tres vivieron juntos. De es modo Abimael y Hamael volvieron a su mundo de escondido de donde rara vez salían pues la oscuridad había tomado posesión de sus corazones gracias a su padre y también a su madre.