Dentro de mi cabeza danzan imágenes que llenan de probabilidades una simple descicion por lo que en lugar de elegir una sola prefiero escribir la posibilidad que aunque prohibida podria arrancarme un sentimiento de libertad:
La noche había caído lejos de casa y me encontraba acostado al lado de un dios en miniatura, en realidad era apenas un par de centímetros mas bajo que yo pero el verlo entre la luz mortecina de la habitación era como si de un antiguo dios se tratase mostrando su esplendoroso cuerpo ante mi, tan tranquilo y confiado a mi lado que no podía creer que al fin había encontrado al que había buscado por tanto tiempo. Lo quería como a un hermano pero esa noche el brillo de la televisión me hacia verlo con ojos diferentes cosa que me confundía ya que yo no hacía ese tipo de cosas, tenia una novia muy sexy y buenos estudios, no encontraba razón para que mi corazón me hablara de cosas que nunca se me hubieran ocurrido, pero esa noche no era la película la que no me dejaba dormir, era él.
Lo veía como un ser perfecto,
Despojándolo de toda maldad,
Un ángel,
Una estatua de
Un Dios hecho carne,
Era sin duda la lágrima de épocas olvidadas
La perfección en cuerpo y espíritu,
Nacido del olvido,
Destinado a ser eterno en mi memoria,
Soñando siempre con sus labios,
Que nunca tocaran los míos
Esos eran los pensamientos que surcaban mi mente mientras mis manos surcaban su piel que por alguna maldición bendita no había sido truncada con pelos, barros o arrugas. Me detuvo por unos instantes, recostando mi cabeza sobre su hombro, deseaba besarlo, tocar mis labios a aquellos gruesos campos de pasión que eran los suyos pero me negaba a hacerlo, lo quería demasiado como para hacerlo o tal vez era mi egoísmo que me gritaba que si lo hacia lo perdería para siempre.
Llore,
Y cuando mi última lagrima cayo,
De ella emergiste tú,
Perfecto,
Sin marca,
Ni pecado,
Un ángel prohibido,
Su piel es la seda,
Su risa la mía,
Sus labios un manjar,
Que tengo prohibido
Me decía mi mente una y otra vez mientras observaba como había quedado dormido con aquel short color caqui abierto, mostrando aquel interior rojo mientras sus manos parecían esconderse en sus partes mas privadas como protegiéndolas de un posible ataque que nunca sucedería. Lo bese en la mejilla, su única reacción fue darse la vuelta contra la pared y lanzar un corto suspiro. No quise hacer mas, no quise pensar en nada mas, preferí alejarme, hacía la fría noche; esa noche descubrí que yo era diferente y que él no es como yo(o tal vez no quiero que lo sea), nunca lo será, tal vez por eso lo amo y también lo odio un poco.