Cuando las personas emigran, algunas buscan integrarse a su nuevo entorno hasta el punto de abandonar sus costumbres, cultura y festividades. No todos lo hacen, pero es un fenómeno frecuente. Por eso resulta admirable cómo la comunidad china ha logrado preservar su identidad cultural sin importar a que país emigre, y Ecuador no es la excepción, en especial en Guayaquil.
En Occidente, el calendario marca el año 2025 d.C., pero
en diversas culturas la cronología varía, y según la tradición china, el nuevo
año comienza el 29 de enero. En Guayaquil, donde reside una importante
comunidad china, esta celebración tomó vida con majestuosas danzas de dragones,
sobres rojos cargados de buenos augurios y espectáculos tradicionales que
reunieron a la comunidad en torno a su herencia cultural. Sin embargo, más allá
del colorido festivo, el evento reveló una visión ambiciosa: la creación de un
barrio chino en la ciudad. La iniciativa podría revitalizar el turismo y
aportar dinamismo a una metrópoli que desea reavivar la vida nocturna la cual está
en terapia intensiva.
Una
Ciudad sin Espacios Turísticos
Santiago de Guayaquil, pese a su riqueza histórica y su
ubicación estratégica, se ha vuelto un lugar con poca oferta turística
consolidada. Más allá del Malecón 2000, Las Peñas, ciertos parques, un par de
iglesias y algunos sectores de Samborondón, los visitantes tienen pocas
opciones para explorar. En el centro, a partir de las siete u ocho de la noche,
ese sector se convierte en un espacio vacío, apagado, con comercios cerrados y
calles desoladas.
Mientras en muchas ciudades del mundo los centros urbanos
se transforman al anochecer en escenarios vibrantes de cafés, ferias nocturnas
y eventos culturales, en Guayaquil la vida nocturna se ha ido apagando, a pesar
de los esfuerzos de algunos por revitalizarla. La migración de bares y
discotecas hacia zonas alejadas ha dejado al centro con escasas opciones de
entretenimiento, volviendo estos espacios, pequeños, inseguros, poco atractivos
o muy costosos para turistas y ciudadanos sin vehículo propio. La pregunta es
inevitable: ¿qué puede hacerse para devolverle a la ciudad el dinamismo que
alguna vez tuvo?
Un
Barrio Chino para Revitalizar la Ciudad
Hay que admitirlo, existe una falta de diversidad
cultural y de eventos, puede ser por la alta criminalidad o la desidia de los
gobiernos, sin embargo, ante esta realidad, la comunidad china ha planteado una
idea que podría transformar el panorama: establecer un barrio chino en
Guayaquil. En otras metrópolis del mundo, estas barriadas no solo albergan
comercios con gastronomía tradicional, sino que también se han convertido en
vibrantes centros culturales y destinos turísticos. Actualmente, en Guayaquil
ya operan varios restaurantes y tiendas en ese lugar, pero aún faltan espacios
dedicados a espectáculos autóctonos. Estos no solo contribuirían a preservar la
identidad cultural de sus comunidades, sino que también atraerían a locales y
turistas por igual.
Parte de esa esencia persiste en la zona de la Bahía,
donde a inicios del siglo XX la comunidad china se estableció como un eje
comercial clave. Hoy, aquella herencia sigue viva y podría consolidarse aún
más, fortaleciendo la oferta cultural y turística de la ciudad.
La propuesta no es descabellada. Ciudades como Nueva
York, San Francisco, Londres y Buenos Aires cuentan con barrios chinos que se
han convertido en atractivos emblemáticos. Un espacio similar en Guayaquil no
solo fortalecería el turismo, sino que también aportaría diversidad y dinamismo
a una ciudad que, al caer la noche, se vacía demasiado rápido.
El Año Nuevo Chino no solo es una fiesta; es una muestra
del potencial que tiene la ciudad si se apuesta por la multiculturalidad y la
revalorización de sus espacios. Tal vez sea el primer paso para que, en un
futuro, Guayaquil deje de ser una metrópoli que se recoge temprano (en especial
en el centro) y se convierta una vez más en un destino que invite a explorar,
descubrir y quedarse un poco más.