No hacia sol, sin embargo el resplandor que iluminaba las nubes hacia que el calor llenara la piel de los transeúntes de sudor lo que me hacia arrepentirme por momentos de haber salido a la calle el día de hoy.
Mis ojos recorrían las calles céntricas de mi ciudad examinando cada escena hasta llegar a mi destino cuando inesperadamente me detuve y observe a un grupo de turistas, no parecía que tuvieran nada fuera de lo común, a simple vista eran europeos (de seguro del norte, Finlandia o alguno de esos países) y sin nada que me llamara la atención entonces, ¿Por qué me detuve? Me pregunte y cuando volví a mirar a aquel grupo de turistas entendía la razón; uno de ellos, el mas joven era completamente diferente de los demás, en realidad completamente diferente a cualquier ser vivo que haya visto en mi vida. No parecía tener mas de trece o catorce años, su piel era tan pálida como si se tratase de un antiguo muñeco de porcelana con tan solo unos toques de rosado como para afirmar que era la piel de un ser vivo, su cabello dorado tenia toques de haber sido teñido varias veces de rosado o púrpura, en su oreja derecha tenia una argolla de metal que parecía resonar suavemente como un cascabel mientras que sus ojos (aunque no los vi bien en ese momento) expresaban un brillo gris casi espectral. Mis ojos lo siguieron sin que el me prestara la menor atención, su figura se movía presurosa pero sin ningún rastro de sudor en su cuerpo.
El ver a este extraño ser recorrer las calles de mi ciudad olvide la razón por la que había salido y decidí –a una distancia prudente- seguirlo para descifrar quien era él. Lo seguí por varias calles hasta que se separo del grupo de turistas y pronto el manto nocturno cubrió la calurosa tarde y en todo ese momento el nunca se detuvo para increparme la razón por la que lo seguía, en realidad, creo que nunca presto atención a mi presencia. Parecía que sus piernas nunca se detendrían hasta que inesperadamente se freno su apresurado andar cerca de la catedral observando el vacío en silencio como si esperara que yo diera el primer paso.
- Este, disculpa, no pude notar que eres extranjero, ¿hablas español? – le pregunte temeroso de lo que pudiera pensar de mi.
- Yes, i speak spanish but i prefer not speak it now – me respondió con una voz tan suave que parecía acariciar el aire con cada palabra que brotaba de sus labios.
- I’m sorry if i creep you – le respondí en mi oxidado ingles.
- It’s not a problem, I like when people follow me.
Al darme cuenta que el había sabido todo el rato que lo estuve siguiendo mi rostro se enrojeció al ser descubierto. En ese instante el volteo y me observo con sus ojos los cuales parecían haber adquirido un brillo espectral con la noche. Examino cada detalle de mi tostado rostro con una ligera sonrisa e incluso introdujo casi de forma juguetona su nariz dentro de mi maraña de pelo café aspirando un poco buscando, tal vez, el aroma secreto que guardaba mi cabello desordenado. Después de unos segundos me observo directamente a los ojos a pocos centímetros de mi rostro y dijo:
- You don’t look scare – me dijo mientras se acercaba incómodamente hacia mi.
- ¿Por qué debería estar asustado?
- No, you shouldn’t – me susurro mientras esgrimía una suave sonrisa mostrándome unos dientes tan blancos que por unos segundos pensé que me enceguecerían
Mis manos se elevaron casi sin darme cuenta y antes de que supiera lo que estaba haciendo mis dedos empezaron a acariciar su suave mejilla recorriendo sus delicados pómulos, su oreja, su cabello mientras susurraba: “pareces de porcelana” una y otra vez mientras mis colmillos perforaban su cuello perfecto y succionaba su sangre dulce como nunca antes probé desde que me abrazo aquel poderoso vampiro que podía emerger tanto en el día como en la noche.
Me detuve para observar su rostro el cual en lugar de mostrarme una mascara de terror me sonreía con un mal sano placer. “Eres demasiado perfecto para seguir creciendo, eres demasiado perfecto para que cualquier otro humano pose tus ojos en ti, no, no te matare, serás mío, solo mío, mi pequeño vampiro de porcelana” le susurre mientras nos elevábamos hasta el techo de la catedral para completar nuestro oscuro abrazo.