Reflexionando por mi escabrosa vida de artista he juntado unos consejos que deseo compartir con ustedes:
* No olviden hacer contactos.
Eso ha hecho grandes tanto a artistas talentosos como a creadores mediocres pero con mucha labia.
* Escriban como si fuera su último día en la Tierra, pero observen como si fuera el primero.
* Tengan empatía hacia los demás, incluso más que quienes no hacen arte.
Pero tengan cuidado con sus colegas: además de camaradas de armas, también son competencia, y nunca se sabe cuándo alguno los traicionará por ambición, ego o miedo.
* Tengan el ego suficiente para sentirse orgullosos de lo creado,y la humildad necesaria para aceptar una crítica.
* No todos serán famosos, pero algunos formaremos pequeños grupos que nos admirarán, leerán y comprarán.
Aun así, no se confíen: la vida del artista es una montaña rusa, a veces estás arriba… y otras muy, muy abajo.
* No teman hacer algo nuevo.
Así se forman los grandes. Algunos solo han pasado a la historia en susurros, y eso no es malo.
* Y por sobre todas las cosas: no se rindan.
La magia del arte no está solo en el espejismo del éxito, sino en el camino de la lucha constante, en el temor de no saber si la obra conectará con los demás,
en la incertidumbre de si esta semana habrá pan en la mesa.
Pero si logran el éxito, no olviden a quienes los acompañaron en la batalla por crear.
Tal vez descubran en ellos algo nuevo, algo que todavía vale la pena recordar.