Soñé en tenerte en mis brazos,
En aquel rincón oscuro,
Lleno de recuerdos que son solo míos,
Más allá de los gritos,
Sintiendo nuestros labios juntos,
Por primera y última vez,
Tocando nuestros cuerpos
- en incansable exploración-
Deseando que nunca acabe lo que sentimos,
Que no se detenga lo que hacemos,
Que el tiempo se suspenda,
Y nadie hable más allá de lo necesario,
Brindando nuestro calor mutuo,
Hasta dejar de respirar,
Solo un suspiro,
Y no diremos,
Una sola,
Palabra,
Mas.
En aquel rincón oscuro,
Lleno de recuerdos que son solo míos,
Más allá de los gritos,
Sintiendo nuestros labios juntos,
Por primera y última vez,
Tocando nuestros cuerpos
- en incansable exploración-
Deseando que nunca acabe lo que sentimos,
Que no se detenga lo que hacemos,
Que el tiempo se suspenda,
Y nadie hable más allá de lo necesario,
Brindando nuestro calor mutuo,
Hasta dejar de respirar,
Solo un suspiro,
Y no diremos,
Una sola,
Palabra,
Mas.
1 comentario:
Qué maravilla sería poder detener el tiempo, o alargarlo en situaciones propicias. En cierta manera lo hacemos, lo modelamos cada vez que el amor sobrevuela nuestro espíritu. Y con las palabras sucede lo mismo, como en tu poema.
El blog contiene mucho material que me interesa.
Aprovecho para agradecerte por tu comentario en mi blog;
saludos.
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