CUENTO: CALIPSO
Autora: Solange Rodríguez
CONTROL: MUSICA DE GUITARRA, ESOTERICA SONIDO DE LAS OLAS DE UN MAR EMBRAVECIDO.
POSEIDON: Cuídate del hombre que está haciendo estragos en el predio de los Dioses mi pequeña Calipso.
NARRADOR: De todos los animales moribundos que le trajo el mar de Ogigia, Ulises fue el más peligroso
.
CONTROL: CANTO DE GAVIOTAS, OLAS DEL MAR Y UN HOMBRE TOSIENDO
EN PRIMER PLANO.
NARRADOR: Calipso intento seguir el consejo de Poseidón pero para ella los humanos le parecían tan llamativamente frágiles por aquella costumbre que tenia de morirse que ese bulto amoratado en la arena le lleno de curiosidad más que de prudencia.
CALIPSO: Tía Circe, ¿Qué hago con ese humano en mi playa?
CIRCE: Sácale el corazón y tráemelo.
NARRADOR: Calipso inexperta en asuntos sagrados, pasó contemplándolo toda la noche antes de decidirse a darle el profundo beso de la vida.
ULISES: Hola guapa, debo estar en el paraíso porque veo a una belleza atendiéndome, ¿sabes? Soy héroe de una guerra y a los héroes se les premia así que dame algo de dulce mi vida. No tienes idea que es el peso de estar exiliado siendo tan listo como lo soy es casi una maldición.
NARRADOR: Calipso, aturdida por su locuacidad lo condujo hasta el bosquecillo de cedros donde los búhos blancos dormitaban y le enseño sus limitadas posesiones: la cabaña, el prado de lirios, el pozo de agua dulce y el rebaño de ovejas.
C ALIPSO: Deberías quedarte para descansar y luego seguir tu viaje.
ULISES: Claro que me quedare mi amor pero necesitare más que una cama, necesitare con quien compartirla.
NARRADOR: Fueron cinco años en el que Ulises uso a Calipso como su amante y su sirvienta espantando a todos los búhos, devorando a las ovejas, pisoteando los lirios, acabando con el agua del pozo y ocupando la totalidad de la cabaña.
ULISES: Oye Calipso, ven acá y hazme un hechizo para ver si mi mujer me es fiel aun.
CALIPSO: Soy una ninfa, no una bruja, pero no necesito ser hechicera para saber la respuesta a tu duda y es que, ha pasado demasiado tiempo.
CONTROL: SONIDO DE GOLPE SECO A UN ROSTRO, GEMIDO DE MUJER,
GOLPES, CAMINAR PESADO Y AZOTE DE PUERTA.
NARRADOR: Después de eso Calipso no volvió a hablar con aquel humano.
ULISES: Rayos mujer ahora que ni siquiera me hablar este lugar es muy aburrido, demasiado aburrido.
NARRADOR: Un día Ulises descubrió una balsa recién construida, velas y provisiones para varios días.
ULISES: Esto es una señal de buena fortuna.
CALIPSO: (con lagrimas de alegría)Ulises, en los pasado días tuve un sueño donde Hermes me exigía que te dejara.
NARRADOR: Había caído en la trampa.
CONTROL: SONIDO DE MAR EMBRAVECIDO, VOZ DE HOMBRE GRITANDO,
OLAS GOLPEANDO BOTE.
NARRADOR: Luego de que el mar hizo su parte con el cuerpo, solo por si acaso Calipso envió dos gaviotas negras hacia el país de los feacios y de Ítaca. Desde entonces ella permanece atenta por temor de verlo venir de nuevo, por si acaso de vez en cuando envía malos vientos y manda a hundir embarcaciones. Y es que los Dioses no tienen a quien orar cuando han sido lastimados por los hombres.
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