Los ojos cafés de Alberto permanecían entre abiertos
mientras su pecho parecía partirse con los golpes que su bomba sanguínea
pulsaba a través de su torso. El aire que aspiraba a través de la maquina
conectada a su tráquea lo hacía sentirse
mareado, como si el mismo oxigeno que le daba vida lo ahogara, una
imposibilidad más que obvia pero así lo sentía, una mano lo tomo del hombro y
todo el dolor parecía desaparecer, el sufrimiento y los aparatos se desvanecían
mientras volvía a sentir el frio viento
y la hierba fresca que había empezado a soñar desde hacía una semana, una mueca
de felicidad se le marco en el rostro, a lo lejos estaban las sombras de
santos, vírgenes, pulpos de tamaños inconmensurables, delgados seres de piel
gris y gigantescos ojos negros, todos en fila sonriéndole e invitándole a pasar
a un lugar donde todo era permitido.
Es un borrador sobre arte, opinión y literatura de un joven escritor y lo que encuentra en internet.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entrada destacada
¿Ebooks para latinoamerica?
Adoro el olor de los libros. El sentir la portada de los libros, comics o novelas gráficas en mis manos es algo casi mágico que crea una c...
-
José Núñez del Arco es un escritor casi desconocido, sin embargo se las ha ingeniado para obtener una pequeña cantidad de seguidores ta...
-
A veces es árbol, Otras, zarigüeya, Pero todas son sombras de promesas vacías. Afirman que es por la falta de lluvia, Mañana será por un in...
No hay comentarios:
Publicar un comentario