1.9.16

EXTREMO LIBERALISMO



“No existe el racismo a la inversa” exclamó mi profesor de estudios sociales en medio de una clase sobre la esclavitud en América del siglo diecinueve a lo que muchos nos quedamos sorprendidos de escuchar eso pero decidimos que continuara su discurso con la esperanza de entender mejor su punto.

̶   …quienes más han sufrido han sido las minorías étnicas y por supuesto las mujeres por lo tanto el hombre 
  blanco no tiene derecho a nada más que a disculparse eternamente por los pecados que cometieron sus 
  abuelos y los abuelos de sus abuelos.

Yo no pude más y superando mí timidez alce ligeramente la mano y parándome de mí asiento le hable lo mejor que pude intentando a duras penas superar mi miedo a las multitudes:

̶            Profesor, entiendo en parte su punto de vista pero, ¿no cree que esas fueron acciones de personas con una actitud muy distinta a la de nosotros? Es decir, técnicamente mi piel es blanca pero como latino en una universidad norteamericana soy una minoría étnica pero sus palabras indican que yo soy parte del problema incluyendo a todas esas personas que han muerto a quienes probablemente estaría más que en desacuerdo con ellas.

La clase quedo en silencio, el profesor se puso pálido – o lo mas pálido que su piel morena podría permitirle- y golpeo con su libro el escritorio, poco a poco la mayoría de mujeres y latinos de piel morena y cabellos pintados de los colores del arcoíris empezaron a murmurar palabras crueles como “misógino” “racista” o incluso “nazi mal parido”. Empecé a sentirme juzgado por haber expresado una opinión que no creí que fuera inválida sino un punto de vista más coherente del que mi maestro nos quería imponer.

̶   ¿Cómo puedes decir eso? – dijo una mujer de piel morena – eres blanco, tienes toda la facilidad de que 
   no te juzguen por tu color de piel.
̶   Supongo que me es muy difícil comprender como a mediados del siglo 21 aun exista gente que lo haga, yo no lo hago pero veo que ustedes y probablemente mucha gente de piel blanca aquí lo haga pero que digan que no existe el racismo a la inversa, ósea que no pueda haber odio racial de parte de la gente de otra razas y solo de los blancos y encimas especialmente de los hombres blancos es una visión racista en sí, cuando vine aquí esperaba otro tipo de enseñanza y…

No pude terminar mis palabras, todos los alumnos y el profesor empezaron a golpearme con puños y libros hasta que me amarraron y me entregaron a la policía, cuando pregunte los cargos me dijeron: “Se te acusa de intento de violación, racismo y misoginia

Discursos y acusaciones de pertenecer a grupos terroristas, de supremacía blanca e incluso aria, a pesar de que no solo era latino sino de ascendencia judía pero todos hacían oídos sordos a mis explicaciones, ya me habían juzgado y solo pensaban en la mejor forma de condenarme.
Ya ha pasado un mes, me hubiera ejecutado de no ser porque no soy de este país pero es probable que pase mucho tiempo antes de ver la luz del sol, el gobierno femenino mayoritariamente blanco de Estados Unidos ha decidido dar un ejemplo conmigo, una mujer (por lo menos creo que es una mujer) musculosa de casi dos metros ingresa a mi celda, es la primera persona que veo en meses, la guardia que ha abierto la puerta anuncia:

̶    La presidenta ha decidido una sentencia apropiada para un hombre blanco, heterosexual como tú.

La mujer gigantesca permanece en silencio apretándose sus enormes puños, observándome con una incómoda sonrisa, yo no puedo quitar mi mirada de ella pero atino a preguntar qué está pasando.

̶   Luego de haber hablado con el gobierno de tu país hemos decidido dictar una sentencia diferente, ¿estás 
   listo para cumplirla? – dijo la guardia desde la puerta abierta de mi celda.
̶   ¿Una nueva sentencia? No entiendo, solo expresaba una opinión, esto no tiene lógica.

La guardia no me respondió y mirándome con desde saco un papel del bolsillo de su pantalón café y exclamo:

̶   Hombre blanco heterosexual con el privilegio de ser latino, el gobierno Feminista de los Estados Unidos  
  de Norteamérica te condena por tus palabras que incitan a dudar de nuestras sabias doctrinas a… 
  ¡Muerte por libídine!
̶   ¿Qué?
̶    Que ella te culeara hasta matarte – dijo el guardia cerrando la puerta de metal.


En estos momentos tengo las dos piernas rota, estoy sangrando de la nariz y la lengua, estoy escribiendo todo esto en el papel higiénico mientras esta bestia con senos descansa antes de que vuelva a cogerme como su muñequito de goma, nunca he estado tan feliz y tan adolorido como ahora. Espero que este relato llegue a alguien. Está despertando, está húmeda, no quiero morir, por lo menos no así, era una opinión, solo una opinión.


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