7.4.18

La hora de las brujas Pt. 1



Son las 11:55 p.m. según el reloj en la mesita de noche, él sabe que no tiene mucho tiempo, ya ha intentado todo lo que está a su alcance para evitarlo, todos lo hicieron pero ninguno ha sobrevivido y ahora es su turno, lo sabe, lo siente en sus huesos es por eso que a pesar de lo que vaya a suceder debe dejar un testimonio de los aterradores eventos que están por suceder, de los que han sucedido. Sin mediar palabra toma un bolígrafo y un cuaderno, se sienta en su escritorio lleno de obras arcanas y luego de hacer un lado algunos viejos libros, empieza a escribir.
Llega un momento en la noche, cuando todo ruido cesa, las aves se callan, el canto de los grillos se detiene e incluso el viento nocturno deja de soplar. Mucho afirman que es la hora de las brujas, cuando los espíritus y demonios se elevan de los infiernos para atormentar a los humanos que aún están despiertos, pero yo se la verdad.

Los huesudos dedos detuvieron su escritura y el cuerpo ligeramente encorvado de un joven de no más de veinte años se levantó de su asiento y empezó a dar vueltas revisando cada esquina de su habitación e incluso se asomó por la ventana, como si esperara encontrar a alguien en el exterior, luego de no encontrar ni siquiera un insecto a la vista lanzo un corto suspiro y volvió a sentarse frente a su escritorio para reanudar su relato.

Lo descubrí aquella noche de septiembre cuando terminaba de leer un libro sobre leyendas de mi país con la esperanza de que me quitara el insomnio que por cuarta noche consecutiva atacaba mi cerebro. Al finalizar el libro pude notar dos cosas que no había notado hasta ese preciso momento, la primera era que sin importar cuantos libros leyera o las veces que me masturbara el hombre de arena se negaba a visitarme y la segunda, y más importante cosa que note fue el abrumador silencio que se cernía a mi alrededor, como si todo el planeta hubiera muerto justo en ese instante.



La mano del joven se puso a temblar deteniendo de forma abrupta su escritura se levantó como si escuchara su nombre ser pronunciado desde el exterior y con el corazón palpitante se asomó a la ventana con la esperanza de encontrar la calle vacía, pero en lugar de eso se encontró con una pequeña figura envuelta en oscuridad, eludiendo cuidadosamente la luz de las farolas nocturnas, parecía apenas un muchacho observando en silencio su casa, el joven cerro la cortina y se siento tratando de ignorar aquel extraño ser, evitando derramar lágrimas. Tenía miedo y las voces antes silenciosas de los muertos empezaban a reír y aullar al percatarse que el muchacho exudaba terror por sus poros y que su corazón latía con más fuerza a cada segundo haciendo que sus palpitaciones se volvieran tambores que resonaban contra sus huesos.
Un par de suspiros para tratar de calmar temporalmente su miedo, y luego de encender todas las luces de su casa tomo el lápiz para continuar su escrito de forma más acelerada, como si algo inevitable estuviera por atraparlo.



Fue en esa última línea de esa leyenda, decía: “la hora de las brujas no es un momento en el tiempo específico, puede ocurrir en cualquier instante. Cuando sientas que no hay sonidos a tu alrededor, que toda actividad ha cesado y tu piel se vuelva como la de una gallina ante el carnicero es cuando la hora de las brujas ha llegado” Luego de investigar en diferentes libros sobre ocultismo encontré poca información sobre aquella hora macabra, me hablaban sobre rituales paganos a ciertas horas donde las puertas del mundo espiritual se abrían o leyendas para asustar a los niños pero no mucho más haciendo que mi curiosidad se acrecentara al no encontrar muchos datos sobre lo que era realmente es hora maldita. Luego de hablar con un conocido experto en ocultismo me recomendó un método para detectar cuando caerá la “hora de las brujas” y un ritual para abrir la puerta del mundo más allá de este, sin embargo me advirtió que nunca lo hiciera si quería mantener mi cordura. Dirigido más por mi malsana curiosidad que por mi instintivo temor a lo desconocido quise probar esa teoría jugando con mi novia y un par de amigos a la ouija, Katherina era bastante sensible a los asuntos paranormales y le comente sobre la teoría de la hora de las brujas, ella al principio dudo en apoyarme con esto pero después de un par de noches de insistir en el asunto ella accedió eligiendo un miércoles de ceniza a las 3:33 a.m. para iniciar el ritual donde llamaríamos a un espíritu cualquiera para revelarnos la verdad de la “hora de las brujas”



Continuara...

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