15.1.22

Historia con aroma a pan

 Artículo aparecido en la revista electronica: Misiva No 3 Sep. 2021


Recorriendo la carretera, mas allá de General Villamil, Playas existe un pueblo que alguna vez fue cantón llamado El Morro, el cual tiene su nombre gracias a un enorme cerro que se levanta como la torre de un castillo, allí la historia se confunde con el pan recién salido de un horno que lleva historia.



Para el viajero curioso y luego de recorrer los 8 km. Que separan Playas de El Morro tendrá en mente visitar la restaurada iglesia que data del siglo 18 o dar una vuelta con los delfines pero en medio del viaje, si pasa a la hora adecuada el aventurero podría toparse, justo antes de llegar a la antigua iglesia de San Jacinto con una aroma que lo llenara de nostalgia y hambre, siguiendo aquella fragancia a pan recién horneado el aventurero se encontrara sin percatarse al pie de una casa esquinera donde la historia se confunde con la tradición que aún vive en aquel lugar.

En una casa de arquitectura antigua existe un local esquinero, sin ningún letrero pero que cualquier habitante de El Morro puede señalar como La Panadería Tradicional también conocida como La Panadería de Don Bonny o San Francisco, el lugar, para quien lo ve por primera vez, no dice mucho de la historia que encierra aquel local pues a primera vista solo consiste en un mostrador metálico con fundas de panes, una pared de caña y una persona que atiende, pero las apariencias engañan.




El pan pequeño se vende de 6 a.m. a 8 p.m. y el pan grande se empieza a vender de 11 a.m. a 6 p.m.” afirma María Granados mientras va ingresando los panes a un enorme horno de barro donde se preparan los panes de dulce o sal para ser vendidos a un dólar cada uno “El pan se comienza a trabajar desde las tres de la mañana para que el pan pequeño del desayuno salga a las seis de la mañana, el pan grande se trabaja a partir de las siete de la mañana y se comienza a hornear desde las diez de la mañana hasta la una de la tarde"

Afirman que toda la familia hace las labores en la panadería encargándose algunos del horno, otro del mostrador y otros del reparto. “Nosotros somos la cuarta generación que atiende esta panadería, siempre en el mismo lugar desde hace casi 90 años” asegura María colocando otra tanda de panes en el amplio horno calentado por leña.




“Aparte del pan también hacemos roscas, quesadillas, cake” Afirman continuando con el trabajo de ingresar los panes en el antiguo horno y sacar los que ya están listos para dejarlos reposar en una mesa de madera cercana “El horno de barro es el horno original con algunas resanaciones” Afirmando que a pesar de su antigüedad y los temblores aun trabaja horneando los panes para la degustación de los pobladores de El Morro y otros lugares lejanos.

Y es que este pan, aunque el local no es tan llamativo como otros en las grandes ciudades, exporta su pan a países  como España, Chile, Estados Unidos y otras regiones donde probablemente, sin saberlo, prueban pan tradicional, amasado a mano como cuando se inició el local en 1920 aproximadamente.




A partir del mediodía carros de otras ciudades empiezan a estacionarse fuera del local preparándose para adquirir el delicioso pan           relleno de historia y tradición, muchos de ellos saben que detrás del humilde mostrador de metal moderno se encuentra el verdadero tesoro donde un horno y una familia resguardan una tradición llena de delicia para el paladar y el corazón de quien prueba este pan, patrimonio  de los paladares ecuatorianos y del mundo.

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