La gigantesca pantalla del cine se escondía detrás del grueso cortinaje rojo indicando que la película había terminado. Mientras la gente abandonaba sus asientos de forma lenta sonriendo por lo que habían visto una mano pálida se elevo y dijo: “No me gusto esta película, me parece repetitiva y sus personajes no está bien tratados” Todos se voltearon y lo miraron con odio, empujándolo de un lado a otro mientras le reclamaban como se atrevía a dar una opinión contraria a lo mayormente establecido.
- No puedo evitarlo, no es tan buena, además ha sido mejor hecha en su versión original coreana.
- Como te atreves a hablar de esa manera y hacernos quedar como unos ignorantes, en especial a mi – dijo la mujer con la que había ingresado al cine.
- Creo que debió haberse guardado su opinión para usted mismo – le reclamo un anciano.
El joven no entendía lo que estaba pasado y se retiro confundido pero cuando llego al exterior del cine lo esperaban los actores y equipo de producción de la película con garrotes y martillos. Habían leído por las redes sociales que al muchacho no le había agradado el film y estaban dispuestos a escucharlo.
- ¿Qué tiene mi película que no te gusto? – le dijo el director mientras golpeaba sus rodillas con un bate de beisball.
- ¡Agh! Los efectos especiales son muy amateur para una película de tan alto presupuesto.
- ¿Qué dijo? – se escucho una voz entre la multitud emergiendo un hombre de tez oscura y bastante músculos - ¿Qué tienen los efectos? – le reclamo el hombre golpeando sus costillas.
- Se veían muy amateur.
- ¿Cómo te atreves? – le reclamo todo el grupo mientras lo golpeaban en grupo ante la mirada impasible de los transeúntes.
Un grito detuvo a la turba. Era la mujer con la que el muchacho había ido a ver la película, camino con lentitud haciendo sonar sus zapatos de taco y se acuclilló para observarlo como un animal extraño.
- ¿Qué está pasando aquí? – pregunto el muchacho escupiendo sangre – solo exprese mi opinión.
Los ojos de ambos se cruzaron y una pequeña sonrisa se formo en el rostro golpeado del joven a lo que la reacción de la mujer fue golpearlo con el puño cerrado y escupir su magullado rostro.
- Si vienes en tu plancito sonreído de hacerme sentir como una bruta, pero entre sonrisitas, no. ¡ya te conozco! no es la primera vez que lo haces y por ahí venías también esta vez. Lo siento "flaco" yo puedo tenerte mucho aprecio, pero hay cosas que se pasan – y luego de decir eso saco una pequeña arma de su cartera detonándola una y otra y otra vez hasta que ya no hubo balas.
La multitud quedo en silencio y todos se fueron alejando poco a poco del lugar y la película volvía a ser amada por todos.
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